EPISODIO DIECINUEVE
- losusados
- 16 ago 2017
- 5 Min. de lectura
_ ¿Dogo, este pibe quien es?
_ No te preocupes por él, es inofensivo.
Me miró de reojo como si pudiera sólo con la mirada confirmar si era cierto o no lo que decía Adolfo. Yo puse cara de no tan inofensivo.
_ No me preocupo, el que debería preocuparse es él. ¿Sabe dónde se mete?
_ Lo necesario.
Me volvió a mirar con esa mirada escudriñadora.
_ Pone mi seguridad en riesgo.
_ La mía también, pero es necesario.
_ Dogo, ¿estás cubierto?
_ No, voy por la mía.
_ Entonces no debería estar acá hablando con vos.
Luego de desayunar fuimos hasta un negocio de telefonía y compró varios chips, utilizó uno, habló y luego lo tiró en una alcantarilla.
_ Ya está, tenemos una cita.
La cita era cerca del puerto, desde donde estábamos se podían ver algunos barcos ir y venir lentamente. Fue puntual, apareció de la nada e iba vestido de oficinista, traje y tristeza. Parecía agotado. Harto de todo. Las profundas ojeras que parecían talladas le daban el detalle final a una imagen de hombre abatido. Lo primero que hizo fue preguntar quien era yo. Luego , siguió hablando.
_ Este pibe acá está violando todas las normas, ya sabés como es, sin testigos.
_ Ya te dije, estoy por fuera de las reglas.
_ Dogo, vas a cagarla.
_ No me importa…
_ Tuyo es el árbol, tuya es la poda. ¿Qué tengo que ver yo en ésto?
_ Sólo tengo que corroborar cierta información.
El hombre triste se apoyó sobre la baranda que nos separaba de la caída al río.
_ Si hablo lo van a saber.
_ No queda otra, te lo estoy pidiendo.
_ Siempre supe que una deuda con vos la iba a pagar muy cara.
_ No te lamentés, con esto quedamos a mano.
_ No me sirve de nada eso mientras sea un cadáver.
_ ¿Lo tienen? ¿Legión encontró lo que buscaba?
Retorció su cabeza con disgusto pero al parecer no le quedaba otra.
_ Todavía no… pero tienen una cercana idea donde está.
_ Entonces es cierto…
_Vaya uno a saber Dogo, si es cierto o no nunca lo sabremos nosotros, la historia madura lentamente. No sé cual es tu interés en esto pero nunca vi algo igual, a todos nos llegó el aviso de entregarte en cuanto aparezcas.
_ Todavía estas a tiempo.
_ De momento no tomé una decisión al respecto, una vez que nos despidamos podría delatarte.
_ Como quieras, ¿quién lo tiene?
El viento dificultaba un poco la audición de la charla así que me acerqué un poco más.
_ ¿Ves el puerto? El paquete llegó por ese lugar, llegó junto a su madre en un barco mercante, escondidos en un contenedor… de no creer.
_ ¿Su madre?- Interumpí.- ¿Otra virgen?
_ De donde viene esa pobre mujer ya casi no quedan vírgenes.
_ ¿Suecia?
_ No, peor, África.
Suponer que fuera cierto era totalmente una locura. No sólo estábamos ante la llegada del mesías, sino que además este era africano.
_ ¿Africa? ¿Es un negrito?
Me miraron como si yo fuera un idiota.
_ De África o de dónde sea parace ser muy importante. Dogo , están todos metidos… ¿para qué meterte vos también?
_ Eso es mi asunto. Sólo necesito saber dónde me muevo y quién se metió en mi cama, para saber si mañana va a llover.
_ Se vienen grandes tormentas, si es lo que te importa, y a tu cama se subieron todos, no tenés como taparte y menos con ese lastre.- Me señaló sin ganas.- Dogo, no me caés bien, no me molestaría que te despachen ahí nomás. Pero te lo debo así que te aviso, si vas a meterte te la van dar.
_Dame un nombre.
Suspiró prolongadamente, lo miró a Adolfo, me miró a mí y volvió a mirarlo a él.
_ Construcciones Newlight. Su eslogan es “un nuevo futuro”, y parece que les va bien tienen varios emprendimientos por la zona, barrios privados y todo eso.
Adolfo guardó silencio, parecía digerir la información lentamente pero le brillaban los ojos, se apoyó él también sobre la baranda. Y preguntó:
_ ¿Qué hay de verdad en todo ésto?
_ No lo sé Dogo, por primera vez no lo sé, están jugando a mis espaldas, no puedo ver sus movimientos, pero hacen mucho ruido y quien hace ruido es porque no le importa ser visto.
_ Te entiendo, una cosa más…
_ No hay más. Te dije todo lo que necesitás saber. Chau Dogo, ya no te debo nada. Supongo que ya no sabré nunca más nada de vos.
_ Posiblemente.
Nos miró por última vez como con lástima. Y se fue.
Adolfo se quedó un instante contemplando el río como rindiendo culto a alguna divinidad pagana.
Me acerqué sigilosamente y le murmuré por lo bajo.
_¿Estamos jodidos?
Me miró con sinceridad por primera vez.
_ Sí.
_ ¿Y qué vamos a hacer?
_ Seguir, no queda otra.
Sentí cierta simpatía por él. En definitiva era mi familia. Lo noté solo frente al destino funesto que se nos avecinaba.
_ Tío, estamos solos.
_ No importa. Sabemos lo suficiente como para hacer daño.
_ Creo que nos acaban de avisar que la batalla estaba perdida.
_ La batalla se pierde cuando muere el último soldado.
_ Si, muy lindo habrá sonado esa frase en boca de Napoleón mientras reculaba ante los rusos… pero ahora, está descontextualizada. No sirve.
_ El honor no tiene modas.
_ ¿Matar? ¿Honor? En este siglo tus reglas son reglas fantasmas, como yo, no existen, friccionan con la realidad pero desde lo oculto. Somos pero no valemos, existimos pero no en lo cierto, aceptamos las sombras como acto de nuestra racionalidad… en definitiva, no somos nada…
_ No estoy para psicoanálisis, me chupa un huevo todo… voy a destapar esta salsa… ¿Entendiste?
_ Tío, es que ésto es difícil de digerir…
_ Juan - Habló tranquilo, con paciencia, como si yo fuera tan sólo un infante.- estamos a pasos de la verdad, y la dimensión de eso no es explicable.
_Entiendo que cuánto más cerca, más próxima es la muerte.
_ Y eso vale la proximidad, pero no te preocupes, te necesito vivo, para que cuentes todo esto. La verdad.
Me acordé que tenía que escribir todo lo que veía. Yo era sólo un testigo, debía narrar los hechos como ocurrieran… ¿debía participar de ellos? Sabiendo ahora el final es fácil ver las fallas. No voy a culparme de todo, en definitiva yo sólo asomé la nariz en el avispero, lo que ocurriera en él no era mi asunto. Sólo seguir viviendo. Y Mía. Debíamos volver con ella, también corría un riesgo. Necesitaba volver con ella. me importaba un huevo el mesías y todos los seguidores de ese nuevo mesías o como se llame ese bastardo… Dios lo hace y lo manda a la tierra… lo esconde de alguien, si no para que tanta vuelta… son hijos escondidos, hay religiones que afirman su llegada desde principio de siglo veinte. ¿Y Dios reconoció a algún de ellos? Que yo sepa no. Así que cuanto más se cree en ella, más fuerte es la mentira.
Continuará…
Comments